Expertos en comunicación estratégica y control de crisis

Expertos en comunicación estratégica y control de crisis
Orkatz Orrantia Albizu y Mikel Orrantia Diez. Socios Directores y Consultores

miércoles, 21 de octubre de 2015

Cambios en la comunicación política

Es el tema de moda, el debate a dos entre Albert Rivera y Pablo Iglesias emitido por La Sexta el pasado domingo, 18 de octubre.

¿Ha establecido el programa de Jordi Evole un antes y un después en los debates televisivos en este país?? Está claro que el planteamiento de ‘Salvados’ supuso un cambio radical frente al debate al que estamos acostumbrados, limitado por el reparto estricto de tiempos y turnos, la seria puesta en escena del propio moderador o el clásico envaramiento, más o menos patológico, de los participantes.

En esta ocasión los dos políticos jugaron la baza de la naturalidad, con sus camisas arremangadas y sus pulseras, todo ello más habitual en la imagen que conocemos de Iglesias, y quizás de aspecto más trabajado y adaptado a la situación en Rivera, al que vemos más habitualmente de traje con o sin corbata.Ahora el debate está en la calle y llega la hora de las valoraciones y de ver quien ha salido ganador de la batalla dialéctica. En un primer y rápido análisis, parece que ha sido Rivera el Ganador. A Iglesias se le ve algo cansado y con mensajes mucho menos claros o definidos. Aquí apuntamos algunas de las claves del debate:Dos sillas vacías. Jordi Évole, fiel al estilo de Salvados, eligió un bar de barrio de la periferia de Barcelona para el debate. En la mesa, dos sillas vacías reservadas a los candidatos de PP y PSOE para el 20 de diciembre, Mariano Rajo y Pedro Sánchez. Los líderes de los partidos tradicionales no quisieron participar. Y tampoco fueron mencionados. Ni una sola vez. Ni por el moderador ni por los contendientes.El escenario benefició a Albert Rivera. Algo determinante en televisión. Los equipos no pactaron dónde se sentaba cada uno y la suerte hizo que Pablo Iglesias lo hiciera de espaldas a la puerta de entrada del establecimiento. Resultado: la cara de Rivera aparecía más luminosa y la de Iglesias más oscura. Además, por la espalda del secretario general de Podemos pasaban personas de cuando en cuando.Ni rastro de violencia de género. Tampoco se asomó al programa el tema de la violencia contra las mujeres. En lo que va de año, 36 personas han sido asesinadas por su condición de mujer y otros cuatro casos están en investigación. Sin embargo, Évole, Iglesias y Rivera no dedicaron ni un minuto al asunto. No fue el único tema que no se tocó: sanidad y educación, medio ambiente, dependencia, infraestructuras, Unión Europea, cultura, aborto y muchos otros asuntos quedaron fuera de los alrededor de 60 minutos de programa.Francisco González y Esperanza Aguirre Vs. Nicolás Maduro. Tan importante como las loas es quiénes las profiere. Évole pinchó un extracto de una entrevista al presidente del BBVA, Francisco González, en la que alababa a Rivera y criticaba duramente a Podemos. Iglesias aprovechó uno de los pocos flancos que le dejó el líder de Ciudadanos y aludió a que su partido no recibía los halagos de los grandes empresarios, de líderes políticos o de los periodistas. "Cuando Esperanza Aguirre dice 'me gusta Albert Rivera', eso te hace daño”, le dijo a su rival. El líder de Ciudadanos respondió rápidamente: "Y cuando lo dice Maduro de vosotros también". La última vez que el presidente venezolano habló de Podemos les tildó de traidores (alrededor del minuto 6).El contrato único. La lucha contra el paro fue el asunto con el que arrancó el debate y el que más tiempo ocupó. Y donde Rivera logró situar mejor sus propuestas. Quizá porque las tiene ya definidas y en Podemos todavía andan a vueltas con un programa electoral que no termina de llegar. El líder de Ciudadanos esgrimió el contrato único como solución al problema del paro y de la dualidad en el mercado laboral. Pablo Iglesias respondió rechazando esta idea pero sin proponer algo a cambio. El secretario general de Podemos planteó que subir el salario mínimo y las rentas de inserción dotará a los trabajadores de una posición negociadora mejor. Sobre el SMI dijo: "En torno a 750 o 800 euros sería una cosa más razonable". En materia económica en general, Rivera fue más concreto y el propio Iglesias reconoció que la imagen que tiene Ciudadanos en esa materia es de mayor solvencia, aunque, dijo, los españoles prefieren a Podemos a la hora de acabar con la desigualdad.Vuelta a las nacionalizaciones. Pablo Iglesias recuperó una de las medidas que Podemos enarboló en sus primeros meses de vida, antes de las europeas de 2014: la nacionalización de empresas de sectores estratégicos. Iglesias aseguró que un futuro gobierno presidido por él no permitiría que las compañías energéticas cobraran a los usuarios precios inaccesibles por la luz o que no permitiría que pactaran el precio de venta del combustible. "O establecen un precio que mis ciudadanos puedan pagar o léanse la Constitución; esta empresa a lo mejor va a ser de los ciudadanos". Albert Rivera, que defendió la necesidad de un regulador fuerte que evite los abusos de estas empresas, respondió acusando a Iglesias de comunista y de franquista a la vez. "Si todos los servicios públicos acaban siendo del Estado, eso no me gusta porque acaba siendo comunismo, Cuba" para luego zanjar que sería como volver "al franquismo económico".El futuro de Arnaldo Otegi. "¿Indultarían a Arnaldo Otegi? (líder de Batasuna encarcelado por el caso Bateragune que saldrá de prisión en abril de 2016)", preguntó Évole. Iglesias dijo que "como Felipe González", cree que Otegi no debería estar en la cárcel. Rivera, por su parte, aseguró que eliminarán "los indultos a políticos".Pagos en negro. La respuesta sobre Otegi se dio al final del programa. Jordi Évole planteó una batería de preguntas concretas. Entre ellas, una en la que ambos coincidieron: "¿Han pagado alguna vez en negro?". Pablo Iglesias dudó menos que Albert Rivera y, aunque dijo no recordar ningún caso concreto, sí reconoció casi inmediatamente haberlo hecho. Rivera, que en un primer momento titubeó, reconoció tras las respuesta de Iglesias que él también lo había hecho. Ninguno de los dos especificó cuándo ni en qué, aunque sus respuestas sugerían que hablaban de pagos por servicios menores.Albert Rivera habló más e interrumpió más. También fue más concreto. Pablo Iglesias utilizó los argumentos y los esquemas políticos que le han servido durante el último año y medio. Como resultado final, la mayoría de las opiniones apuntan a una victoria de Rivera sobre Iglesias.

Y en este enlace pueden ver de nuevo la entrevista,o la parte que se edito y emitió en TV, ya que la cita llevo algo más de dos horas de grabación. Los responsables del programa condensaron todo lo grabado en los 60 minutos de debate en diferido que finalmente se emitieron


http://www.atresplayer.com/television/programas/salvados/temporada-11/capitulo-2-cara-cara-albert-rivera-pablo-iglesias_2015101600412.html

miércoles, 7 de octubre de 2015

La "reputación de VW"

Antes de esta crisis, Volkswagen era una de las compañías con mejor reputación del mundo, situándose en la posición decimocuarta en el ranking de las 100 multinacionales mejor valoradas por consumidores de todo el mundo, (RepTrak®-2015). La posición de la compañía, era incluso mejor, undécima, cuando nos centramos en los valores más relacionadas con la RSE: Ciudadanía, Integridad y Entorno de Trabajo, según RepTrak®-2015.

Así, esta crisis ha sido una auténtica “tormenta perfecta” de la reputación corporativa. Ya que en ella se han unido una serie de elementos especialmente críticos para la reputación de Volkswagen. Destacándose un impacto específico en:
  1. Total falta de ética al falsear engañar los controles mediante el trucaje premeditado de los motores, algo que es especialmente penalizado por los públicos objetivo en su valoración de cualquier compañía. Integridad.
  2. Absoluto desinterés del daño medioambiental causado por las emisiones, pues se trabaja en ocultarlas en lugar de reducirlas. Este detalle llama especialmente la atención al venir de una compañía europea que promocionaba su posicionamiento “Think Blue” donde declaraban que “deseamos convertirnos en el fabricante de automóviles ecológicamente más sostenible del mundo”Ciudadanía.
  3. La constatación de una debilidad técnica al no ser capaces de obtener una mayor eficiencia en los motores sin para ello producir emisiones a un nivel no aceptable. Productos & Servicios.
Estamos así, ante uno de los fraudes empresariales más relevantes de los últimos tiempos. No solo por el hecho en sí de falsear las emisiones de sus vehículos sistemáticamente, también, por tratarse del fabricante de vehículos número uno en ventas a nivel mundial, por ser una empresa alemana donde este sector lidera la economía (con el daño a la "marca país que eso conlleva), y finalmente, por darse en una empresa europea.

Y ahora nos preguntamos si ¿conseguirá Volkswagen hacerse perdonar este error? La imagen de Volkswagen tardará mucho en recuperarse debido a la gran magnitud de la crisis. No obstante, la mejor o peor gestión de la misma puede amortiguar sus efectos, o agravarlos todavía más. La receta es la misma de siempre en estos casos: dar la cara, mostrarse con transparencia, reconocer el error y poner en marcha inmediatamente un plan de acción que minimice el daño causado, explicándolo con detalle a los públicos objetivo de la compañía.

Esta crisis también afectará a la RSC y a las grandes compañías, de nuevo una gran compañía que se supone se somete a auditorias y dice cumplir políticas de RSC a engañado sistemáticamente durante años a sus accionistas, a sus clientes y a la sociedad en general. Evidentemente, ahora la sociedad volverá a poner en tela de juicio a las compañías que se declaran socialmente responsables.